Farándula

Festival Vallenato Una propuesta para pensar.El Festival de la Leyenda Vallenata, epicentro de la tradición musical del Caribe colombiano, enfrenta un momento crucial para repensar su rumbo. La práctica de rendir homenajes a personas o juglares, aunque nacida de la intención de honrar a grandes figuras del vallenato, se ha tornado problemática y divisiva. Por ello, proponemos que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata abandone esta tradición y retome la esencia de la celebración, apostando por festivales temáticos que, como en sus ediciones 42 (“El Vallenato es Colombia”) y 52 (“Vallenato para el mundo”), exalten la universalidad y riqueza cultural del género sin caer en controversias personales.

Los homenajes a individuos, por más destacados que sean, suelen generar debates innecesarios sobre méritos, exclusiones o preferencias, lo que desdibuja el propósito central del Festival: preservar y difundir el vallenato como patrimonio inmaterial de la humanidad. Casos como los cuestionamientos a ciertos homenajes en ediciones pasadas evidencian cómo estas decisiones pueden fragmentar a la comunidad vallenata en lugar de unirla. Otros eventos, como el Festival Francisco El Hombre en Riohacha, han optado por dejar atrás los tributos a personas, enfocándose en temas que celebran la música y su impacto cultural, evitando así polémicas y revitalizando su relevancia.

Un festival temático permite explorar la riqueza del vallenato desde múltiples ángulos: su conexión con la naturaleza, su rol en la reconciliación, su evolución en la diáspora o su influencia en nuevas generaciones. Estas temáticas no solo son inclusivas, sino que invitan a la creatividad, atraen a públicos diversos y refuerzan el carácter universal del género. La edición 42, por ejemplo, logró proyectar el vallenato como un símbolo de identidad nacional, mientras que la 52 lo posicionó como un lenguaje global, demostrando que un enfoque conceptual puede ser más poderoso que un homenaje individual.

En este sentido, lanzamos varias propuestas para consideración de la Fundación: la primera es el Vallenato y la naturaleza, con el fin de mostrar cómo el canto vallenato ha sido un cronista y defensor de la ecología, con canciones proféticas como La Profecía del maestro Julio Oñate, o Caño Lindo, de Adriano Salas, entre muchas otras. O ¿por qué no, rendirles homenaje a las cuatro etnias indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y de esta manera reconocer el aporte indígena a la música vallenata? Finalmente, ante el avance de las mujeres en el canto vallenato, hacer un Festival temático sobre el papel de las mujeres en esta música, primero como musa de inspiración y destinataria de los cantos, y su evolución hasta protagonista de la música en su interpretación, en todas las áreas: instrumentos, canto y composición.

La Fundación tiene la oportunidad de revitalizar el Festival, haciéndolo más dinámico y acorde con los tiempos. Abandonar los homenajes no implica desconocer a los juglares, cuya obra puede seguir siendo celebrada en concursos, conversatorios o exposiciones. Apostar por festivales temáticos es un paso hacia adelante para consolidar el legado del vallenato, uniendo a la comunidad en torno a ideas que trascienden nombres y refuerzan su valor como expresión cultural viva y universal. Es hora de que el Festival de la Leyenda Vallenata mire al futuro sin perder sus raíces.

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