Mango, arroz, plátano y frutales tienen mucha plata para créditos.

$186 mil millones en créditos asociativos: la apuesta del Banco Agrario
El Banco Agrario destinó $186 mil millones en créditos asociativos para impulsar proyectos agropecuarios dentro del programa Sembrando Vida, una iniciativa del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y la Agencia Nacional de Tierras (ANT). Estos recursos forman parte de una bolsa de $25 billones proyectada para los próximos dos años, con el objetivo de fortalecer la Reforma Agraria y la seguridad alimentaria.
Dirigido a campesinos, comunidades afrodescendientes y víctimas del conflicto que han recibido tierras mediante la Reforma Agraria.
Fomentar la unión de productores para generar proyectos más robustos y sostenibles, como cultivos de mango, arroz, plátano y frutales.
Impulsar procesos agroindustriales que permitan a las regiones convertirse en potencias agroalimentarias.
Impacto y Metas
Crecimiento en créditos asociativos: En 2025, el Banco Agrario aumentó un 54% los desembolsos para esquemas asociativos, con 148 operaciones (vs. 4 en 2024). La meta es incrementar estos créditos en 500% durante el año.
Desde 2022, se han otorgado $34.348 millones en créditos asociativos, beneficiando a 77 asociaciones y 2.310 familias.
Inversiones en sistemas de riego, drenaje, obras civiles y manejo hídrico.
Garantías: El Fondo Agropecuario de Garantías (FAG) permite acceder a créditos sin respaldo patrimonial tradicional.
Las propuestas deben enviarse a la ANT entre el 5 y 26 de marzo de 2025, adjuntando documentación y trayectoria de la organización.
Hernando Chica Zuccardi (presidente del Banco Agrario):
“Estamos comprometidos con el presidente Gustavo Petro para hacer que la tierra sea más productiva y las regiones se conviertan en potencias agroalimentarias. Las asociaciones de productores son clave para dar el paso a procesos de adición de valores”.
Enfoque regional: El programa prioriza 359 municipios en departamentos como Córdoba, Sucre, Cauca y Valle del Cauca, entre otros.
Esta iniciativa busca transformar el campo colombiano mediante la financiación de proyectos colectivos, garantizando no solo la productividad, sino también la inclusión de comunidades históricamente marginadas. La articulación entre el Banco Agrario, la ANT y las organizaciones campesinas es central para lograrlo.